lunes, 15 de septiembre de 2014

Retales de Cádiz

A veces me parece que por Cádiz no pasa el ritmo del tiempo y que es ajena al resto de la civilización. Y que las ruinas se aferran a lo que les queda de vida tratando de resistir al levante, al salitre y al cambio de mareas del océano Atlántico.
Me sobrecoge este paisaje, tan frecuente aquí y ver esta salina, de la época  romana, cuyos tablones de madera están ya casi abandonados a su suerte, sin saber ni cómo han resistido a la interperie.

Como ocurre con las casas de pescadores. Siguen quedando estos rincones, un poco recónditos, en la Bahía. 
Unas pequeñas barquitas se mantienen, porque los abuelos aún salen a pescar o porque han transmitido esta tradición  a sus hijos o nietos, como estilo de vida, y porque la falta de trabajo aquí hace que la gente sepa vivir con lo que tiene y sacarle al mar ricos manjares.

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